domingo, 2 de noviembre de 2008

MATRIMONIO

La palabra “matrimonio” deriva de la expresión latina “matri-monium”, es decir, el derecho que adquiere la mujer que lo contrae para ser madre dentro de la legalidad. Claro que éste término viene de la época de los romanos, y gracias a Dios en nuestra sociedad actual el término matrimonio adquiere otras connotaciones. Buceando en mi RAE, he encontrado varias acepciones del término “matrimonio”. La primera: “Unión de hombre y mujer concertada mediante determinados ritos o formalidades legales” tendría que cambiarse ya por “unión de dos personas mediante determinados ritos o formalidades”, pues hoy en día los gays y lesbianas ya pueden casarse. La siguiente definición es la religiosa “En el catolicismo, sacramento por el cual el hombre y la mujer se ligan perpetuamente con arreglo a las prescripciones de la Iglesia.” Mi definición preferida es la tercera: “3. m. coloq. Marido y mujer. En este cuarto vive un matrimonio.” Sobre todo me encanta el ejemplo que da la RAE, pues está totalmente actualizado, hoy en día los matrimonios vivimos en cuartos de escasos 30 metros cuadrados. Podría haber escrito “Este matrimonio vive en un chalé en la Loma” o “Este matrimonio vive en un bungaló”, pero no, han preferido ser realistas y poner “En este CUARTO vive un matrimonio”. Aunque tal vez la definición que más se acerque a la realidad sea la cuarta de la RAE: “4. m. P. Rico p. us. Plato que se hace de arroz blanco y habichuelas guisadas.” Pues sí, yo creo que al fin y al cabo, un matrimonio no es más que el resultado de cocinar arroz blanco con habichuelas y esperar a ver qué pasa: pueden salirte saladas, tal vez se te queme el guiso… pero si pones los ingredientes adecuados en las cantidades adecuadas… ¡voila, un guiso celestial!

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