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lunes, 10 de agosto de 2009
Anochecer en la playa...
- ¿A qué saben tus besos?
Y tus palabras fueron arrastradas por el cálido viento del sur, acariciando levemente nuestros cuerpos desnudos… cubiertos sólo por una fina capa de arena. El sol se había refugiado ya tras los montes pelados de pinos, y a lo lejos… brillaba un lucero, con tanta fuerza que parecía una luna más. De izquierda a derecha surcaron el tapiz del cielo nocturno unas cuantas lágrimas de San Lorenzo…
Fue entonces cuando supe cuál era la respuesta.
- No sé, la verdad es que nunca me he probado.
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