Sentir que con cada bocado te arranco la vida
y la engullo envuelta en saliva;
que con cada mirada saboreo tus pupilas,
hasta tenerte devorado de pies a cabeza,
coleteando bajo mi vientre…
Sentir tu sangre recorriendo mis venas,
oxigenando mis células con tu aliento…
mientras más me adentro,
más me pierdo entre tu cuerpo.
Ser andrógino, unión perfecta,
tú, que hiciste temblar a los dioses,
me haces estremecer de placer,
mientras te digiero…
Bocados de placer, fruta prohibida;
me derrito entre tus brazos
y me transformo en el agua que bebes,
en la carne que comes,
en el aire que respiras…
Y al final de la batalla
quedan los restos del banquete.
Tu cuerpo, tendido en la mesa,
y al lado el mío, deseando que te regeneres
para volver a tenerte devorado entre mis dientes.
Poema publicado en la revista AUCA nº15,
Foto: escultura titulada "El beso de Rodin", museo del Louvre
3 comentarios:
Niña, qué buena es(cri)vi d(or)a estás hecha. Enhorabuena.
Cuando quieras nos tomamos ese café que tenemos pendiente.
Un beso.
Loly, dime una tarde de la semana que viene y nos vemos. Muchísimas gracias por leerme. Besotes!!!
Lunes o martes será mejor, pues no habrán empezado las clases -no vaya a ser que me atiborre de trabajo después-.
Ya me dices.
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