jueves, 27 de enero de 2011

Amor en descomposición


Porque el amor tiene algo de orgánico...


Cuando las raíces que sustentan el corazón se pudren

su rancia salvia recorre nuestras venas una vez más

ahuecando las esperanzas

de la vida eterna, del amor eterno.

El gusano que habita en ellas despierta,

y devora con enfermiza voracidad las ramas del amor.

Caen las enredaderas del alma

sobre la ciénaga de la ilusión corrompida por la traición,

¿una vida eterna?, ¿un amor eterno?

El dolor y el placer se unen latido a latido,

fusionándose en un letal fluido tóxico

para atormentar nuestros pensamientos salvajes

una vida eterna, un amor eterno…

Nuestros despojos sibilinos

son engullidos por el hambriento helminto…

una vida eterna

un amor eterno,

un pasado anclado

a un futuro presente

que

nunca

llega…

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